viernes, 28 de noviembre de 2008

Mi respeto y admiración por los periodistas deportivos uruguayos


No se sorprenda si se le escapa una lágrima, escuchando el relato de un gol narrado por un periodista del hermano país oriental. Lo que sigue a continuación, es un capítulo extractado del libro "Memorias de Fútbol y Ascenso".

Alg

Alguna vez, no se porqué, me puse a pensar cual fue el relato del gol que mas me emocionó y elevó a un éxtasis incomparable, y no dudé: fue del uruguayo Víctor Hugo Morales, cuando era un desconocido para la afición argentina, ya que aún no había cruzado “el charco”, y el tanto lo anotó luego de una epopéyica corrida arrancando casi desde el mediocampo el ya veteranísimo y obeso Luis Cubilla, vistiendo la camiseta de Defensor, quien con todas sus mañas de casi dos décadas de fútbol de esplendor, se las ingenió contra todos para llegar con el último aliento frente al arquero rival y derrotarlo certeramente, para obtener cuando faltaba muy poco para la expiración del partido, la victoria para su equipo y también el campeonato por primera vez, rompiendo la histórica hegemonía de Nacional y Peñarol...

Ese poema de relató postrer duró minutos interminables, sublimes, el que mas recuerdo haya durado.
Punto.
Otro tema. Cada vez que estoy de paso o bien de vacaciones en la Costa Atlántica, en los últimos años, no dejo pasar la oportunidad de escuchar cuanta audición y transmisión de la mayoría de los programas deportivos de la República Oriental del Uruguay. ¿ Porqué ?, bueno, porque a mi personal y humilde gusto, los periodistas especializados del hermano país me resultan los mas serios, ubicados, profesionales. respetuosos, analíticos, emotivos, agradecidos, memoriosos, objetivos y con otras virtudes que debe tener todo periodistas como bagaje de ésta hermosa actividad.

Pareciera ser producto de una escuela innata, que comprende desde los más jóvenes que recién se inician y también a los más experimentados. Y una curiosidad: he notado que varios son profesionales en otras funciones sociales de predicamento, como ser escribanos, abogados y médicos, lo que los hace más respetados, si se acepta el calificativo.

A través de los últimos 30 años escuché a muchos relatores y comentaristas, pero si tengo que mencionar al primero que me cautivó fue el gordo Solé, fallecido hace unos cuantos años. Pero lo dicho: todos y cada uno de ellos me resultan de excepción, tanto que cualquiera sea el partido o audición que esté sintonizando, me quede prendido al receptor hasta el final de la transmisión.

Quiero dejar sentado que no pretendo de ninguna manera sembrar una semilla de discordia con los argentinos, sólo reflejar mi admiración a una cultura como podría ser calificar una película, una obra de arte, un museo o una estatua, ya que no por ello dejo de reconocer a compatriotas que me han dejado y dejan sensaciones imborrables, como Bernardino Veiga, Ricardo Arias, Manuel Sojit Comer, Hern n Santos Nicolini, Eugenio Ortega Moreno, Héctor Vidaña, José Félix del Alcázar, Alfredo Parga, Rafael Saralegui, Roberto Ayala, José María Muñoz, Jorge Navarro, Pablo Zaro, Alfredo Curcu, Ricardo Podestá, Fioravanti, Osvaldo Caifarelli, Luis Elias Sojit, Víctor Navas Prieto, Julio Ricardo, Ernesto Cherquis Bialo, Horacio García Blanco, Pablo Ramírez, Julio César Calvo, José Luis Mitri, Roberto Sbarra, Roberto Reyna, Osvaldo Webbe, Ulises Marcelo Méndez, Alfredo Julio Beherens y muchos otros que haría interminable ésta lista.

Salud, colegas uruguayos, los admiro y respeto.

Daniel F. Console

uruguayos, los admiro y respeto.

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