martes, 26 de mayo de 2009

MARIO BENEDETTI

Recordandote



Buscamos algunas frases y poemas del escritor fallecido hace algunos días. Un recuerso y repaso al autor de "Gracias por el fuego" y "La Tregua", "El sur también existe", entre otros. Con estos poemas y frases sueltas....
Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti nació un 14 de setiembre y murió un 17 de mayo, 88 años después, después de haber seguido esta cronología que él definió en este poema como la vida. “Usted madura y busca / las señas del presente / los ritos del pasado / y hasta el futuro en ciernes / quizá se ha vuelto sabio / irremediablemente / y cuando nada falta / entonces usted muere”.

Frases:
“Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”.

Frase: “La vida es una máquina / para la cual no hay respuestas / ni repuestos”,


“Te Quiero”
: “Tus manos son mi caricia/ mis acordes cotidianos/ te quiero porque tus manos/ trabajan por la justicia/ si te quiero es porque sos/ mi amor mi cómplice y todo/ y en la calle codo a codo/ somos mucho más que dos/ Tus ojos son mi conjuro/ contra la mala jornada/ te quiero por tu mirada/ que mira y siembra futuro/ tu boca que es tuya y mía/ tu boca no se equivoca/ te quiero porque tu boca/ sabe gritar rebeldía”.

Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y la definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardíacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como un certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

No te salves: “No te quedes inmóvil /al borde del camino,/no congeles el júbilo,/no quieras con desgana,/no te salves ahora /ni nunca/ No te salves/. No te llenes de calma/ no reserves del mundo/ sólo un rincón tranquilo,/ no dejes caer los párpados/ pesados como juicios,/ no te quedes sin labios,/ no te duermas sin sueño,/ no te pienses sin sangre,/ no te juzgues sin tiempo./ Pero si,/ pese a todo,/ no puedes evitarlo;/ y congelas el júbilo,/ y quieres con desgana, /y te salvas ahora, y te llenas de calma,/ y reservas del mundo,/ sólo un rincón tranquilo,/ y dejas caer los párpados/ pesados como juicios,/ y te secas sin labios,/ y te duermes sin sueño,/ y te piensas sin sangre,/ y te juzgas sin tiempo, y te quedas inmóvil/ al borde del camino,/ y te salvas;/ entonces/ no te quedes conmigo”.

Frase: "Muchos de mis poemas son producto de ser hombre de pueblo, y estar cerca del pueblo siempre ha sido una máxima para mí. Lo mejor que me pudo haber pasado en la vida es que lo que escribo le haya tocado el corazón a esa gente, a ese pueblo, a ese hombre de a pie".

Frase:
La infancia es un privilegio de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca”.

Hasta siempre Mario


Se fue un hombre que supo llegar al corazón de la gente, murió el escritor uruguayo Mario Benedetti, queremos recordarlo de alguna manera y encontramos este recuerdo de un permanente lector del sitio. A continuación Isaias escribe sobre Benedetti, desde su blog "Animate" para el Zoilo. Lo compartimos

Iba a llegar ese día. Y llegó. Te fuiste. Pero quedate tranquilo.
Nosotros, los que te leímos, los que te robamos una frase, los que te admiramos profundamente, nos quedamos con vos y, día a día tratamos de no salvarnos.
Gracias. Gracias por todo. Por el fuego
Por tus poemas de otros y los hiciste nuestros.
Por esa borra de café que nos enseñó a descifrar esa simple y bella literatura.
Por esos hermosos cuentos de la muerte (esa que llegó) y otras sorpresas (la que sentí al oír la noticia).
Ese mundo que respiraste, hasta ayer.
Esos montevideanos que aprendí a querer a través de tus relatos.
Esos andamios que me hiciste subir al leerte y releerte.
Esa vida que nos regalaste como un paréntesis de dignidad y bonomía.
Esa tregua que, luego de un día perverso, nos regalabas con tus palabras, ávidas de verdad, de justicia, de compromiso.
Y si moriste, seguro, seguirás viviendo en cada uno de tus versos.