viernes, 26 de diciembre de 2008

Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad.


Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad.
Hay tanto estruendo de cornetas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de dinero para quedar bien por encima de nuestros recursos reales que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace 2.000 años en una caballeriza de miseria, a poca distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David. 954 millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero muchos lo celebran como si en realidad no lo creyeran.
Lo celebran además muchos millones que no lo han creído nunca, pero le gusta la parranda, y muchos otros que estarían dispuestos a voltear el mundo al revés para que nadie lo siguiera creyendo. Seria interesante averiguar cuantos de ellos creen también en el fondo de su alma que la Navidad de ahora es una fiesta abominable, y no se atreven a decirlo por un prejuicio que ya no es religioso sino social. Lo más grave de todo es el desastre cultural que estas Navidades pervertidas están causando en América Latina.
Antes, cuando solo teníamos costumbres heredadas de España, los pesebres domésticos eran prodigios de imaginación familiar. El niño Dios era mas grande que el buey, las casitas encaramadas en las colinas eran mas grande que la virgen, y nadie se fijaba en anacronismos: el paisaje de Belén era completado con un tren de cuerda, con un pato de peluche mas grande que un león que nadaba en el espejo de la sala, o con un agente de transito que dirigía un rebaño de corderos en una esquina de Jerusalén.
Encima de todo se ponía una estrella de papel dorado con una bombilla en el centro, y un rayo de seda amarilla que habría de indicar a los Reyes Magos el camino de la salvación.
El resultado era más bien feo, pero se parecía a nosotros, y desde luego era mejor que tantos cuadros mal copiados del aduanero Rousseau.
La mitificación empezó con la costumbre de que los juguetes no los trajeron los Reyes Magos - como sucede en España con toda razón -, sino el niño Dios.
Los niños nos acostábamos más temprano para que los regalos llegaran pronto, y éramos felices oyendo las mentiras poéticas de los adultos. Sin embargo, yo no tenía más de cinco años cuando alguien en mi casa decidió que ya era tiempo de revelarme la verdad. Fue una desilusión no solo porque yo creía de veras que era el niño Dios quien traía los juguetes, sino también porque hubiera querido seguir creyéndolo. Además, por pura lógica de adulto, pensé entonces que también los otros misterios católicos eran inventados por los padres para entretener a los niños, y me quede en el limbo. Aquel día -como decían los maestros jesuitas en la escuela primaria - perdía la inocencia, pues descubrí que tampoco a los niños los traían las cigüeñas de Paris, que es algo que todavía me gustaría seguir creyendo para pensar mas en el amor y menos en la píldora.
Todo aquello cambio en los últimos treinta años, mediante una operación comercial de proporciones mundiales que es al mismo tiempo una devastadora agresión cultural. El niño Dios fue destronado por el Santa Claus de los gringos y los ingleses, que es el mismo Papa Noel de los franceses, y a quienes todos conocemos demasiado. Nos llegó con todo: el trineo tirado por un alce, y el abeto cargado de juguetes bajo una fantástica tempestad de nieve.
En realidad, este usurpador con nariz de cervecero no es otro que el buen San Nicolás, un santo al que yo quiero mucho y porque es el de mi abuelo el coronel, pero que no tiene nada que ver con la Navidad, y mucho menos con la Nochebuena tropical de la América Latina. Según la leyenda nórdica, San Nicolás reconstruyo y revivió a varios escolares que un oso había descuartizado en la nieve, y por eso lo proclamaron el patrón de los niños. Pero su fiesta se celebra el 6 de diciembre y no el 25. La leyenda se volvió institucional en las provincias germánicas del Norte a fines del siglo XVIII, junto al árbol de los juguetes, y hace poco mas de cien años pasó a Gran Bretaña y Francia. Luego paso a Estados Unidos, y estos nos lo mandaron para América Latina, con toda una cultura de contrabando: la nieve artificial, las candilejas de colores, el pavo relleno y estos quince días de consumismo frenético al que muy pocos nos atrevemos a escapar.
Con todo, tal vez lo mas siniestro de estas Navidades de consumo sea la estética miserable que trajeron consigo: esas tarjetas postales indigentes, esas ristras de foquitos de colores, esas campanitas de vidrio, esas coronas de muérdago colgadas en el umbral, esas canciones de retrasados mentales que son los villancicos traducidos del ingles; y tantas otras estupideces gloriosas para las cuales ni siquiera valía la pena de haber inventado la electricidad.
Todo eso, en torno a la fiesta más espantosa del año. Una noche infernal en que los niños no pueden dormir con la casa llena de borrachos que se equivocan de puerta buscando donde mear, o persiguiendo a la esposa de otro que acaso tuvo la buena suerte de quedarse dormido en la sala.
Mentira: no es una noche de paz y amor, sino todo lo contrario. Es la ocasión solemne de la gente que no se quiere. La oportunidad providencial de salir por fin de los compromisos aplazados por indeseables: la invitación al pobre ciego que nadie invita, a la prima Isabel que se quedo viuda hace quince años, a la abuela paralítica que nadie se atreve a mostrar.
Es la alegría por decreto, el cariño por lastima, el momento de regalar porque nos regalan, y de llorar en publico sin dar explicaciones.
Es la hora feliz de que los invitados se beban todo lo que sobro de la Navidad anterior: la crema de menta, el licor de chocolate, el vino de plátano. No es raro, como sucede a menudo, que la fiesta termine a tiros. Ni es raro tampoco que los niños - viendo tantas cosas atroces - terminen por creer de veras que el niño Jesús no nació en Belén, sino en Estados Unidos.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Entrevista a Ariel Barth

“Mi paso por Sarmiento de Ayacucho fue determinante para mi futuro”

Ariel Barth, el jugador nacido en Rauch y que tuviera su paso por Ayacucho defendiendo los colores de Sarmiento y Ferroviario jugará en Huracán de Tres Arroyos el próximo Torneo Argentino A que comienza a fines de Agosto. Este medio mantuvo un extenso dialogo con el ex central de Santamarina de Tandil quien explicó su actualidad en Tres Arroyos, además de hacer un repaso de su paso por Tandil y Ayacucho. “Con Sarmiento fue la primera vez que jugué Torneos regionales y eso te da la posibilidad de que te conozcan otros clubes. Además conozco mucha gente con la que hoy mantengo relación”, indicó el central de 31 años de edad y que dejó un grato recuerdo a la parcialidad tandilense, del mismo modo que lo había hecho con los ayacuchenses.

Por Diego Castaño

Se entregaba a pleno en cada partido, en silencio, cumpliendo, así se hizo jugador, más allá de sus dotes que trajo desde la cuna, de sus condiciones extraordinarias para erigirse en un notable defensor. Con trabajo, sacrificio, en silencio, así le llegó todo.

Así Hugo Tenaglia les solicitó un esfuerzo a los dirigentes de Huracán de Tres Arroyos para concretar la incorporación del central rauchense al cual considera pieza clave en su equipo y con el cual aspira a ascender a la B Nacional.

En silencio, con trabajo incansable y responsabilidad, el jugador se ganó el respeto de la exigente hinchada de Santamarina que lamenta su partida.

“Con este club comencé a jugar el Torneo Argentino B y logramos el ascenso al Argentino A, además realizamos campañas positivas como la del 2006 donde jugamos la final del Torneo Apertura con Desamparados de San Juan”, explicó.

Sus buenas actuaciones hicieron que lleguen ofertas de diversos clubes del país y hasta se mencionó a Peñarol de Montevideo, Platense y otros clubes de jerarquía, pero una lesión lo privó de esas transferencias.

Ariel Barth es un futbolista hecho en Agraria de Rauch, pero su trampolín para ser conocido en la región lo dio en Sarmiento de Ayacucho, en ese club se coronó campeón del Torneo local, además de edificar notables campañas en los Torneos regionales.

¿Cómo fue tu decisión para ir a Tres Arroyos?

La idea de irme con mi familia de Tandil tenía que ser ante una buena posibilidad y esta de Huracán es interesante desde lo económico y también familiar ya que vamos a una ciudad no tan lejana. Además seguiré con Hugo Tenaglia que ya me conoce y varios jugadores que conozco de antemano. Estaba muy cómodo, pero era necesario un cambio y en Tres Arroyos se dio todo como para estar bien y no lejos de mi familia.

¿Qué recuerdos te deja el paso por Santamarina?

Por su puesto fue un proceso muy lindo conseguimos el ascenso y la experiencia fue muy buena, me conocieron, llegaron propuestas de otros clubes y la gente me trató muy bien siempre

¿La gente te tenía como un referente del plantel?

Tenía buena relación con la gente, es cierto y eso es muy lindo y no es fácil conseguirlo ya que te exigen mucho.

Tuviste tu paso por Ayacucho ¿que recuerdos tenés?

Sí, mi paso por el club Sarmiento fue fundamental para mi futuro. Allí jugué torneos locales y también hicimos buenas campañas en los regionales, eso me dio la posibilidad de que clubes de la zona se fijen en uno. Así llegó la posibilidad de Racing de Olavaria y luego Grupo Universitario, antes de arribar a Santamarina. Me acuerdo de todos, tengo un grato recuerdo y mantengo comunicación con algunos, como el caso de “Rolo” Didio.

Eras albañil y llegaste a poder vivir del fútbol, es un verdadero sueño, ¿no?

Sí tenes razón, aunque jugando en Ayacucho, Olavarria y en Grupo seguía trabajando, pero durante casi tres años en Santamarina viví con mi familia del fútbol en Tandil.

Cuando llegué a Sarmiento fue la primera vez que jugué fuera de Rauch y muy importante para mí porque todo se dio bien.

Volviendo a tu presente, ¿antes de tu decisión de ir a Tres Arroyos tuviste alguna otra propuesta?

Tuve propuestas de Alumni de Villa María Córdoba y de Brown de Puerto Madryn en Chubut, pero elegí Tres Arroyos por la cercanía y porque están compañeros míos y el técnico que ya conozco

¿Tu sueño es poder jugar en la B Nacional?

Sería lindo, pero tengo 31 años y es difícil para proyectarme, sería interesante poder jugar en una categoría superior, pero ojala hagamos una buena campaña y se pueda dar con Huracán y con Hugo Tenaglia que hace unos años ascendió a la B nacional también con este mismo equipo.

Bueno Ariel te recordamos siempre, que tengas éxitos

Te agradezco por la nota y mandale un saludo grande a la gente del fútbol de Ayacucho.

ENTREVISTA A CARLOS PACHAME


“El resultado es lo que marca el fútbol de hoy”

El ex futbolista, hoy dirigente de la Secretaría de Deportes junto a Carlos Bilardo en la provincia de Buenos Aires, Carlos Pachamé pasó por ayacucho y aprovechamos la ocasión para dialogar sobre los Juegos Deportivos 2Buenos Aires la Provincia” y además sobre Estudiantes de La Plata y el fútbol en general

No le parece una contradicción cuando usted habla de los mejore juegos de América, cuando los resultados de los deportistas argentinos en los Juegos Panamericanos y Olímpicos son pobres?….

Yo hablo de lo que representa para Latinoamérica y otros países, por la representatividad y el marco, son 134 municipios en la provincia, no digo a nivel nacional entonces lo demás es mucho más profundo porque si nos fijamos por ejemplo Santa Fe que es una provincia que tiene muchos deportistas que son muy importantes.

Pero me parece que sí, que acá en la provincia hay que buscar que los deportistas tengan un sustento para que se puedan desarrollar. Y ahí está quizás el inconveniente del Municipio, buscar los talentos, potenciarlos y después buscar sacarlos a competir al exterior porque con la experiencia en la competencia está el mejoramiento del deportista.

¿La política escolar deportiva tampoco es, talvez, la mejor como ve ese tema?

En distintas regiones que voy hablo con gente del CEF y le digo lo mismo, porqué antes se hacía en las escuelas atletismo (salto en largo, bala, jabalina, etc). Esto hoy desapareció o faltan instructores o el desarrollo dentro de la escuela no es el mismo, la educación física tampoco se hace de la misma manera. Yo me pregunto esto, pero es difícil opinar porque tampoco estoy en el tema. La lucha tiene que ser en buscar buenos profesores que se dediquen a la esencia del deporte, a lo que es el atletismo y la competencia olímpica.

Argentina años anteriores tuvo importantes representantes en las especialidades del atletismo y hoy no lo tenemos. Por eso las preguntas en la actualidad están en que educación tenemos, en los profesores de educación física y tratar de agruparse para llegar a un objetivo común para volver a hacer un trabajo bueno.

Espero que esto llegue al manejo de gente que conoce el tema y que lo puedan abordar y desarrollar de la mejor manera.

Su paso por Estudiantes de La Plata , su participación en un equipo que hizo historia y que para la ciudad de La Plata ha significado un hito en la historia lugareña.

Si es verdad para la ciudad fue un disparador importante, en su momento fue increíble lo que significó. A uno lo llena de orgullo participar de un club como Estudiantes y ser reconocido por la gente en la ciudad es muy lindo.

Cómo se logró conseguir tanto, no?, tres Copas Libertadores y dos intercontinentales?

Creo que la base fue la importancia que se le dio a las inferiores, a los jugadores del club, trabajo intenso, educación. Fomentando los valores de que estudiando, trabajando y haciendo deporte se puede llegar. El objetivo era desarrollarse como persona y jugador y Estudiantes logró eso a través de los años con gente especializada como lo fue Miguel Ignumirello, el profesor Kistermacher, Osvaldo Zubeldía y un grupo de gente encabezado por el presidente Mangano que se preparó para que este proceso se realizara.

Estas personas fueron determinantes para que se desarrolle el trabajo exitoso en la institución, primero lo realizado en tercera división, que era la “tercera que mata” para después dar el salto a la primera y conseguir todo lo que se logró.
¿Fue una buena experiencia en la selección nacional y en FIFA?
Si la selección juvenil, instructor de la FIFA eso me ayudó, gracias a la confianza que Bilardo depositó en mí. Y realizamos un buen trabajo ya que muchos jugadores que habían participado en ese proceso siguieron en la selección hasta finales de la década pasada. En la selección cuando hay trabajo serio y continuo se pueden conseguir cosas buenas. La experiencia fue muy linda, además de poder conocer muchas culturas y ver como se trabaja en diversos lugares.

Un mito entre jugar bien y ganar

Todas las tácticas son buenas cuando se gana y todas son malas cuando se pierde. Distéfano decía “defender y atacar”, él la sacaba del área y la metía en el otro. Eso no impide no tratar de jugar bien, pero en el país y en el medio en que vivimos hoy es todo resultado, no solo en lo deportivo, sino en lo político y eso hace que las cosas se transformen. Todos buscamos que un equipo juegue bien y gane, eso te da tranquilidad para trabajar tranquilo, pero si se pierde despiden al técnico, no cobran, se crea un clima malo. Pero en definitiva el fútbol es uno solo, si se utilizan los mejores jugadores para cada táctica se obtienen buenos resultados.

El fútbol tiene que ser bien jugado y tratar de divertirse, pero hay un objetivo que es único y total que es el resultado. Y esos es lo que marca el fútbol de hoy.