miércoles, 25 de junio de 2008

Martín Palermo

A continuación publicamos un artículo del periodista marplatense Vito Hugo Amalfitano, uno de los maestros en esta profesión, con el cual quien escribe tuvo la suerte de trabajar en los años que vivió en la ciudad balbearia. Amalfitano editó el libro "Pelta Cibernética", una novela sobre los Mundiales de fútbol, además es docente y director de deportes del Diario La Capital. También va este homenaje a quien predica, con su forma de trabajar, los valores de este hermoso oficio, "el mejor del mundo" dijo García Marquez.
Elegimos este párrafo que Vito Amalfitano esribió cuando Martín Palermo había llegado a los 180 goles en Boca y le faltaban muchos para alcanzar a Francisco "Pancho" Varallo (194)

Goleador histórico

por Vito Amalfitano

Los números son números. Incontrastables, altivos, lapidarios. No se doblan. Pero sí se pueden doblar y analizar las interpretaciones sobre esos números, o sobre los tópicos a los que se refieren.

En este caso tan mentado, el de Martín Palermo, los números son contundentes. Y las dos o más estadísticas en danza son respetables en sí mismas, por esa misma fuerza de los números, pese a que quizá son demasiado terminantes quienes las esgrimen, seguros e incondicionales cada uno en su posición.

Lo claro y concreto es que Martín Palermo llegó a 180 goles, una marca de por sí impresionante, para meterse entre los quince goleadores del fútbol moderno argentino.

Francisco "Pancho" Varallo, otro artillero espectacular de la historia de Boca y de Argentina, tiene también 180, o 194 si se cuentan sus tantos en las copas Competencia o Beccar Varela, o Adrián Escobar, por ejemplo, que una de las estadísticas en danza pretenden equiparar a las Libertadores o Sudamericanas de Palermo.

Y tienen razón quienes dicen que esas copas, las Beccar Varela y las Competencia, figuran como oficiales en AFA, y sus goles se anotan, aunque también tienen razón los que argumentan que los ganadores de esos títulos no figuran en ningún lado, ni siquiera en AFA. La Copa Competencia, por ejemplo, se jugaba entre equipos de Buenos Aires y Rosario y en una oportunidad la ganó Central Córdoba, que no figura como campeón en AFA en ningún lado.

Por otro lado, ni Varallo tiene la culpa de que en su época no se jugarán las copas internacionales avaladas por la FIFA de este tiempo, ni Palermo tiene la culpa de que ahora se disputen más partidos o más competencias que antes.

De una forma u otra Palermo es goleador histórico y alcanzó a Varallo hoy, o lo alcanzará muy pronto, cuando arribe a los 194. Y cualquiera de las dos posturas y estadísticas son válidas y respetables. Cada una encierra una verdad. Palermo igualó a Varallo si solo las copas internacionales son equiparables a los torneos locales de Liga. Varallo le lleva 14 si esas copas "menores", Beccar Varela y Competencia, por ejemplo, son a su vez equiparables a las internacionales y a las ligas locales, aun si todos sus campeones no tuvieran un cuadrito en la vidriera de la AFA.

Estadística tan válida, respetable y contundente como la que dice que Roberto Cherro es el gran goleador histórico de Boca, con 218 tantos, y que Domingo Tarasconi suma 198, porque se debería sumar el amateurismo, tiempo en el que se jugaba también con una pelota, 22 jugadores, cada uno de dos piernas y dos ojos.

Y ahí, si entra a tallar esa estadística, todo se debería cuestionar, también el actual cuadro de campeones del fútbol argentino, y ya River no sería el más campeón de torneos locales, por ejemplo.

No dejaría de ser lógico sumar todo. Acaso cuando se decrete el profesionalismo en el rugby argentino, ¿se borrarán de la estadística todos los títulos conseguidos por el CASI y el SIC en el amateurismo?

Y, aparte, ni siquiera esa marca de Cherro, la de 218 goles, a esta altura, aparece como imposible para el propio Palermo. Mucho menos la de Tarasconi (198).

Los números no mienten. Tampoco cuando hay varias verdades para enumerar, y no una sola y concluyente.

De cualquier forma Martín Palermo arribó ayer, si es que ya no lo había hecho, al Hall de la Fama de la historia grande del fútbol argentino, como goleador histórico de Boca. Justo a pocos días de haber sido elegido, por una encuesta oficial de la FIFA, como el mejor cabeceador del mundo. No había internet en tiempos de Cherro, Tarasconi y Varallo. Tampoco de eso tiene la culpa Palermo, un jugador tan impresionante como no valorado aun en la forma debida con respecto a sus logros y capacidades.

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