sábado, 4 de octubre de 2008


Nuestro deporte.....

Por Diego Castaño

El paso de los deportistas argentinos en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro fue intrascendente. Si bien las medallas obtenidas no fueron las esperadas y la cosecha la peor en los últimos 25 años, las pequeñas historias de nuestros deportistas dejan al descubierto la falta de una política deportiva que los argentinos venimos padeciendo hace tiempo. Es cierto que si revisamos la reciente historia de los Juegos Olímpicos veremos que en Atenas 2004 nos encontramos con que se obtuvieron medallas de oro, logro que no se obtenía desde Helsinki 1952. Pero rápidamente notaremos que esas victorias vinieron de la mano del fútbol y del básquet en tal vez el día más importante en la historia del deporte argentino. El mismo día Argentina fue campeón olímpico en básquet y en fútbol. Esas victorias fueron conseguidas con total justeza y producto al profesionalismo y competencia de nuestros basquetbolístas, en el mejor momento de su historia y del fútbol, con muchos jugadores jugando en el exterior.

Pero el espíritu a la que nos acerca esta nota es al deportivo, al amateur, al que soñó Primo Nebiolo, quien revolucionó el mundo del deporte cuando lanzó la idea de los Juegos Olímpicos, como signo de confraternidad entre seres humanos de todos los continentes. En ese sentido los países fueron construyendo con el deporte como un valor fundamental en el crecimiento y desarrollo de un país que se basa en el trabajo. Y Argentina no estuvo ajena a los acontecimientos, fue teniendo grandes logros a través del tiempo con su apogeo en época del peronismo, gobierno que apostó fuerte por el deporte, tal vez por demagogia y ver que tras él la figura del líder justicialista se agigantaba aún más. Pero también cierto que ese apoyo retribuyó con notables sucesos para nuestro país. Luego se fue cayendo sin pena ni gloria y el trabajo serio de abajo y a conciencia se fue confundiendo. Los presupuestos fueron mermando y son infinitamente más bajos que otros países, hoy (España maneja cerca de 800 millones de dólares al año, Italia 1200, Inglaterra 2000, cuando nuestro país hoy se acerca a la centena, ya que hasta no hace mucho apenas llegaba a los 20 millones).

En Francia 1998 año del Mundial de Fútbol el presupuesto fue de 8100 millones y en Argentina para los Panamericanos de Mar del Plata en 1995 fue de 65 millones. O por ejemplo la natación de Brasil tiene el mismo presupuesto que todo el deporte argentino. Si bien las competencias no tienen comparación las cifras tampoco.

En Argentina los deportistas destacados no pueden tomar el colectivo para ir a entrenar, no tienen instrumentos, ropa, competencia, becas y cuando tras el esfuerzo de años logra clasificar por propios medios a un Juego panamericano u Olímpico nuestros dirigentes se olvidan de anotarlos o de realizar las gestiones a tiempo como pasó con el caso de Ana María Comaschi para Barcelona 92’.

Desde hace tiempo los dirigentes piden astucia y determinación, seguro la dirección del Coronel Rodríguez al frente del Comité Olímpico Argentino durante mucho tiempo no fue

positiva para el crecimiento de Argentina en el ambiente deportivo ya que no tenía una apertura hacia las federaciones del país como para poder trabajar tras objetivos posibles.

Hoy todavía se espera ese trabajo serio de construcción de una política deportiva y educativa. Medida desde cada rincón del país donde se practiquen todos los deportes y cuando haya alguien destacado sea acompañado y capacitado en Centros de altos rendimientos como para poder detectar un futuro competidor en Torneos internacionales. Pero como en nuestro querido territorio hay muchas cosas por mejorar, el turno del deporte tampoco será pronto.

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